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Columna: La gestión de personas post-COVID

18/5/2020

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Por Alejandro Masco, socio de MR Partners, especialistas en Executive Search y Consultoría Estratégica de RecursosHumanos. (http://www.mrpartners.com.ar/)

El Covid-19 continúa presentándonos infinidad de interrogantes, pero nos permite vislumbrar algunos cambios que llegaron para quedarse. La cuarentena se instaló de la noche a la mañana y nos obligó a replantearnos muchos aspectos de nuestras vidas sin siquiera darnos tiempo para meditar. En nuestras organizaciones pasa algo muy similar. Todo el ecosistema laboral construido cotidianamente de pronto se digitalizó y comenzó a navegar entre mails y videoconferencias.

Así vemos que los vínculos se están transformando, y con ellos, nuestras organizaciones.  Tradicionalmente, el paradigma vincular en las empresas está fundado en la comunicación directa, la empatía, la cercanía, la escucha activa, el feedback y el de liderar a través del ejemplo. No sabemos todavía cuál será el verdadero impacto que dejará la pandemia, pero sí que la readaptación abrirá nuevas formas de ver y valorar los vínculos, quizás habrá menos cercanía (como la conocíamos) o escucha activa, pero posiblemente se incrementará la comunicación y el feedback.

Por ejemplo, cuando hablamos de un jefe cercano, el que está pendiente de cómo estoy, que me saluda y conversa en un pasillo, que me invita a comer o a tomar un café de vez en cuando, hablamos de un vínculo, seguramente estimulado por el jefe en su rol de líder, pero un vínculo al fin que nos hace sentir cómodos porque sabemos que allí está.

Estas dinámicas naturales y culturalmente sólidas hoy están devaluadas. Los líderes ya no pueden apalancarse en el ecosistema de la oficina para generar alianzas, influenciar y observar a sus equipos actuar. Si bien esta dinámica volverá (aunque nunca como la vivimos antes) los lideres deberán desarrollar nuevas habilidades para mantener su capacidad de gestión, y también necesitarán un nuevo tipo de olfato para poder interpretar lo que le sucede a cada persona de su equipo sin poder presenciarlo. Deberán desarrollar un “sexto sentido digital”.

Sin dudas, la vuelta a la oficina postcovid será con muchos reajustes en los vínculos interpersonales. El que se mostró colaborativo y cercano probablemente volverá reposicionado entre su gente y aquellos que se hallan recluidos en esta situación tendrán otro lugar en ese nuevo ecosistema.

Otro paradigma interpelado es el de que los vínculos digitales son de menor calidad. Las generaciones de baby boomers y X, no creían en las interacciones a través de una herramienta digital, preferían el face-to-face. Este paradigma de que lo “analógico” es más real está perdiendo relevancia a pasos agigantados. Además, el vínculo digital reduce sesgos, es más aséptico. Podríamos estar conversando con un compañero durante meses sin saber que está en silla de ruedas detrás de su escritorio, chatear con alguien y luego saber que es sordo o interactuar con una persona y descubrir que su identidad sexual no es igual a la nuestra.

En este sentido, este mundo digital impuesto por la pandemia ayuda a construir organizaciones más diversas e inclusivas. Dejamos de percibir mucho respecto del otro, es cierto, hay cosas que no podemos ver, pero la verdadera pregunta es: ¿Eso que vemos nos agrega valor? Y más importante, ¿Influye en la capacidad, talento y desempeño del otro?

Los vínculos, la forma de trabajar, los espacios, la vestimenta, la alimentación, muchos factores de nuestro día a día están siendo reconfigurados. Seguramente, muchos empecemos a escuchar ya, no preguntas como, “¿qué día hay home office esta semana?”, sino, “¿cuándo hay que ir a la oficina?”.

Esta nueva etapa nos enseñará a romper los paradigmas que estaban constituidos para construir en muchos casos otros y animarnos a desafiar nuestra propia estructura. Podemos hacer las cosas de manera diferente y bien.  Cuando se entiende que lo diferente no está ni bien ni mal, se evoluciona. Animate a desafiarte.