Columna
Estancamiento profesional, una realidad que afecta a muchas mujeres
16/9/2024

Natalia De Vita. Mentora de Carrera Profesional y Coach Ejecutiva, explora cómo superar las barreras en el crecimiento profesional, fortaleciendo la confianza y fomentando un entorno organizacional más equitativo.
Para muchas mujeres, el ascenso en sus carreras no es solo un logro profesional, sino una validación personal. Es la confirmación de que, a pesar de los múltiples desafíos de equilibrar la vida laboral y personal, su esfuerzo valió la pena. Sin embargo, cuando este crecimiento se detiene, la frustración y la duda pueden infiltrarse en la mente y el corazón. ¿Todo el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio realmente están conduciendo a alguna parte, o se alcanzó un techo invisible?
El impacto de esta falta de progreso puede ser devastador. Las mujeres pueden comenzar a cuestionar no solo su valor dentro de la organización, sino también su valía como profesionales. Estos pensamientos, sumados a las presiones sociales y personales, pueden convertirse en una pesada carga emocional que afecta su rendimiento y, lo que es aún más importante, su bienestar general.
¿Llegó mi carrera a un punto muerto?
Cuando esta autopregunta comienza a presentarse de manera más recurrente, lo primero que debemos reconocer es que la sensación de estancamiento no siempre refleja una falta de habilidades o capacidades. A menudo, también está vinculada a factores estructurales dentro de las organizaciones que, lamentablemente, aún no han logrado crear condiciones equitativas para el desarrollo de las mujeres.
Para combatir esta sensación, es vital adoptar un enfoque proactivo. Las mujeres pueden beneficiarse enormemente al construir redes de apoyo, tanto dentro como fuera de sus lugares de trabajo, que les ofrezcan, no sólo una perspectiva positiva, sino también la motivación para explorar nuevas oportunidades.
Además, es crucial revisar y ajustar los objetivos profesionales, buscando nuevas formas de crecimiento que no necesariamente dependan de un ascenso formal. Esto podría incluir la adquisición de nuevas habilidades, la búsqueda de roles con mayor impacto o simplemente redescubrir lo que les apasiona.
El miedo al fracaso, la incertidumbre y, en algunos casos, el autoboicot, son desafíos internos que a menudo acompañan a las mujeres en su camino profesional. A veces, los obstáculos que enfrentan se perciben como una falta de mérito personal, en lugar de reconocer que hay factores externos en juego. Este autoboicot refuerza la idea errónea de que no son lo suficientemente buenas para avanzar, creando una barrera interna que puede ser más difícil de superar que cualquier desafío externo.
Cambio de mindset
Romper este ciclo de autosabotaje y miedo requiere un proceso de autoconocimiento y fortalecimiento de la confianza. Las mujeres deben aprender a reconocer y celebrar sus logros, a exigir lo que merecen sin temor. Al mismo tiempo, es fundamental que las empresas se esfuercen por crear entornos donde la equidad no sea solo una palabra, sino una realidad. Programas de mentorías, desarrollo de habilidades y apoyo emocional son esenciales para que las mujeres no solo sientan que pueden avanzar, sino que tengan las herramientas para hacerlo.
El estancamiento profesional es una realidad que afecta a muchas mujeres, pero no es insuperable. Con un enfoque consciente, tanto de las propias fortalezas como de las barreras externas, y con el apoyo adecuado, es posible transformar esta situación en una oportunidad de crecimiento.
Las empresas, por su parte, tienen la responsabilidad de facilitar este proceso, creando un entorno en el que las mujeres puedan desarrollarse sin tener que luchar constantemente contra el miedo, el autosabotaje y la falta de oportunidades. Solo así podremos lograr un cambio significativo en la experiencia y gestión del desarrollo profesional femenino.