Hay una nueva generación que se está incorporando al mercado laboral y muchas organizaciones no saben cómo afrontar este desafío para seducirla y transformarse en marca empleadoras de esos jóvenes. Se trata de la Generación Z, es decir personas que hoy tienen entre 15 y 25 años y que tienen hábitos, costumbres y comportamientos particulares como cada generación que la antecedió.

En total representan al 24% de la población mundial, casi 2000 millones de jóvenes que además son la base más grande de consumidores del mundo hasta 2030. En Argentina el 50% vive en hogares pobres, 6 de cada 10 asiste a educación formal y 1 de cada 10 no trabaja ni estudia.

Mariela Mociulsky, fundadora y CEO de Trendsity presentó una reciente investigación cuali cuantitativa en la que ofreció un perfil de esta generación. Para comenzar citó un paper de la Universidad de Purdue, EE.UU, en el que se señala que “Por primera vez en la historia, habrá cinco generaciones en el lugar de trabajo. Esto presenta desafíos y oportunidades, ya que las organizaciones deben navegar por las diversas expectativas y estilos de trabajo de cada generación." 

En este sentido señaló que se trata de una generación atravesada por fenómenos globales que están presentes en su comportamiento. Entre esos hechos se destacan la revolución tecnológica, el calentamiento global, la pandemia, el surgimiento y auge de las redes sociales, el 11 de septiembre de 2001, la web 2.0 y, en esencia, es la primera generación 100% digital. En el plano local son jóvenes que han visto el cepo al dólar, las marchas de Ni una menos, la ley de Aborto legal y seguro, la inflación y por sobre todas las cosas han vivido la incertidumbre como moneda corriente. 

Entre las características centrales Mociulsky destacó que son jóvenes que “no hipotecan su presente, que prefieren la acción colectiva y siguen las causas que les importa; que están totalmente integrados a la tecnología en todas sus variables, que buscan un futuro brillante, que desean ser parte de los cambios al tiempo que muestran un compromiso con sus objetivos”. 

Asimismo, entre las características blandas, se destacan el aprendizaje continuo de nuevos conocimientos, habilidades y/o experiencias, la diversidad como valor para ampliar al máximo la experiencia en diferentes empresas y la valoración al reconocimiento y prestigio en el entorno profesional”. Estos atributos configuran nuevas dimensiones para las compañías que necesitan atraer talento joven sobre todo en puestos laborales que se están creando o que aún no se han creado. 

En estos términos, sostiene Mociulsky a partir de su investigación, es una generación que aporta diferentes variables a una organización: “estamos hablando de jóvenes con honestidad, confianza, que los guía el poder creer y que dentro de las empresas valoran el coaching y el compromiso social”. 

Al hacer un corte por género, la investigación detectó que las mujeres valoran de modo especial la independencia, la autonomía y la autosuficiencia. Postergan por ello el armado de una familia (sobre todo la maternidad), como una forma de disfrutar plenamente el presente, realizarse en lo personal, y lograr la autosuficiencia que le permitirá, en el futuro, ser sus propias dueñas. Asimismo, opinan que sus madres abrieron este camino, pero con mucho sacrificio y un multi-rol muy exigente que en ocasiones las alejaron del disfrute. 

En el caso de los hombres, la vida se centra en el mayor disfrute posible, sin necesidad de grandes hitos o actos, sino simplemente tratando de hacer algo diferente cada día, cortar las rutinas, y donde los “amigos”, “el fulbito una vez por semana”, y el salir a “tomar una cervecita” ocupan un lugar privilegiado.

Lo importante, además, es salir de lo establecido: no hace falta esperar al fin de semana, cortar la semana es importante y hace de lo cotidiano y de la vida “un presente más disfrutable”. Asimismo, nacieron ya en un mundo distinto, con una mujer más empoderada, por lo que son menos machistas que sus padres o las generaciones anteriores.

Recomendaciones

Como cierre, Mociuksy señaló que las organizaciones a la hora de contener y sumar a esta generación al ámbito laboral deben reconocer la importancia de adaptar estilos de comunicación, es decir utilizar diferentes métodos de comunicación que resuenen con cada generación, desde tecnologías digitales para trabajos 100% a distancia, a presencia con sentido.

Asimismo, las compañías deben proporcionar feedback y desarrollo ofreciendo coaching, y devolución constante para satisfacer las expectativas de crecimiento de todas las generaciones. Por otro lado, es una generación que respeta tanto la libertad como la experiencia, por eso se hace importante balancear la necesidad de autonomía de la Generación Y con el reconocimiento de X y la estructura que prefieren los Baby Boomers.

En este contexto las organizaciones deben mantenerse al día con las tecnologías emergentes y adaptarse a las expectativas cambiantes, especialmente de las generaciones más jóvenes. Y si quieren seducir a la Generación Z es imprescindible que desarrollen la inclusión y la diversidad para promover un ambiente donde todas las generaciones se sientan valoradas y respetadas.