En vísperas de una nueva conmemoración por el Día de la Mujer, en el que diversas organizaciones marcharan para gritar #NiUnaMenos, el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo XXI elaboró un informe sobre la calidad de vida entre hombres y mujeres. Los ejes centrales del mismo fueron el conflicto familia-trabajo; el estrés y su relación con el agotamiento; el ocio y su efecto en la desconexión; y como se traducen estos cuatro puntos en síntomas emocionales.

El resultado que arrojaron las más de mil entrevistas fue que “las mujeres presentan un mayor nivel de demanda y exigencia familiar y laboral”, sobre todo entre las edades de 41 y 50 años en las grandes ciudades del país como Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Por tal motivo “la calidad de vida y el bienestar de las mujeres” es menor que la de los varones”.

Según arrojó la investigación “el 20% de las mujeres nunca tiene tiempo para hobbies y tiene dificultades en concentrarse en su trabajo por estar preocupado por asuntos domésticos”, en cambio en el caso de los hombres, sólo un poco más del 15% presentan este síntoma.

El agotamiento es otra de las cuestiones que padecen más las mujeres que los varones: 36% para ellas y 26% para ellos. A las primeras, además “les cuesta relajarse después de un día laboral, algo que solamente le ocurre al 23% de los hombres. Una de las principales razones del agotamiento es el `cinismo`, es decir, un estadio psicológico caracterizado por la falta de interés e identificación por el trabajo. Así, frente a elevados niveles de agotamiento, el individuo se vuelve menos sensible a bajar su productividad laboral o hasta a mantener un bajo desempeño. Sin embargo, se observó que las mujeres a pesar de presentar mayores niveles de agotamiento, no presentan medias superiores de cinismo. La correlación entre agotamiento y cinismo es mayor en hombres (r=41) que en mujeres (r=37). Esto contribuye a mantener los niveles de estrés a largo plazo”.

“Las mujeres poseen mayores dificultades para recuperarse luego de la jornada laboral en relación a los hombres: el 14% de las mujeres nunca se toma tiempo para descansar luego de la jornada laboral y el 27% no puede olvidarse del mismo cuando finaliza; mientras que solamente el 10% de los hombres no se toma tiempo de descanso por fuera del trabajo, y un 25% no deja de pensar en ello”. Este dato es uno de los más preocupantes ya que está comprobado que realizar actividades de ocio y desconectarse de la rutina laboral mejoran el funcionamiento psicológico.

Los dolores son otros de ítem en los que las chicas toman la delantera: “el doble de mujeres (23%) que de hombres (10%) sienten tensión, dolor muscular, mayores niveles de fatiga, ansiedad, problemas de concentración y decaimiento”. Además, agregan que esto es una muestra de que “hay más mujeres que se sienten menos interesadas por hacer las cosas, tienen la sensación de estar decaídas, deprimidas o desesperanzadas, presentan problemas de concentración, cansancio y fatiga, se sienten inquietas y les cuesta permanecer sentadas. Además, confirman que se sienten fracasadas, que han decepcionado a su familia y están nerviosas, ansiosas y con los nervios ´de puntas´”.

“En términos generales, las mujeres presentan mayores conflictos en la relación familia-trabajo, mayores niveles de estrés y agotamiento, más problemas para relajarse y recuperarse luego de una jornada laboral y, finalmente, mayores problemas emocionales: ansiedad, depresión y somatizaciones”, concluye el informe.